Aquella mañana con 12 años de edad, estaba yo tumbado en el sofá de mi casa, pensando en ser futbolista y llegó un amigo mío diciendo que habían formado un club de atletismo en el pueblo y que necesitaban a uno para formar equipo de cuatro y poder clasificar en los Provinciales de nuestra ciudad ( Albacete ). Mi padre ante la propuesta de mi amigo soltó una ligera carcajada de risa y mi madre simplemente marchó a hacer la comida.
Por aquel entonces ni mis medios, ni mis objetivos se encontraban en el horizonte de este maravilloso deporte olímpico: - el atletismo -. Y así empezó todo, bueno gran parte de mi vida, la verdad. Unos 16 años vinculado casi por completo a las carreras.
Con unas zapatillas Kelme de Baloncesto viejas y sucias me atreví a competir en los provinciales que comenzaron con una competición en Almansa de 7 Kilómetros donde competían 69 atletas y llegué el 69 dando gracias a Dios y a mis escuálidas piernas. Quizás: el diluvio, el barro,los empujones de los verdaderos atletas, la distancia y las risas de los compañeros de mi club, no impidieron que terminara la carrera y comenzara mi hazaña atlética.
Transcurrió 1 año y quedé subcampeón provincial, fui al Campeonato de Castilla La Mancha donde quedé Campeón ( en cuatro ocasiones ) y con 13 años corrí mi primer Campeonato de España ( de los cinco totales que hasta hoy he disputado ): con unas zapatillas que me compró mi entrenador, un chandal prestado y los pantalones de mi primo que me venían 3 tallas más y casi me llegaban por las rodillas esqueléticas de aquel entonces. Al Campeonato de España fui con mi hermano, mi entrenados y otros 2 atletas.
Así siguió todo, absolutamente todo.
Y de un club de 3 atletas, pasé a uno de 30, y al año siguiente marché a uno de 200 atletas, y más tarde me llevaron con la selección española. Tantos y tantos recuerdos, muchas experiencias ( buenas y malas ), y sobre todo, sobre todo muchos amigos/as por el camino. Grandes personas que nunca se pueden olvidar.
Hasta hoy, que tengo en mi poder 200 copas - trofeos y 100 medallas de oro y plata. Además de un puñado de insignificantes records , caídos en el olvido por desgracia. Pero esto realmente no es lo que importa, si os digo la verdad.
Han pasado ya unos 17 años casi, desde aquella andadura atlética y mi padre sigue riendose cada vez que digo que voy a entrenar o competir, y mi madre sigue preparando la comida.
Pero los que realmente me conocen, mis compañeros de entreno y sufrimiento, mis amigos, aquellos que entrenaron conmigo cuando llovía, nevaba o hacía sol, y conocen mi carácter, mi personalidad,mi orgullo.....
....... saben que nunca podré olvidarme de este mundillo. Y lo comprobé el otro día cuando fui a animaros a la carrera de El Salobral.
Quizás al que más le tengo que agradecer es por supuesto a mi entrenador, que hoy día y después de haber sufrido tantos altibajos conmigo, sigue apoyandome con su ánimo y coraje de atleta olímpico, como fue en numerosas ocasiones. Y esta figura, la de mi entrenador es lo único que en estos tiempos me anima a seguir luchando para poder sentirme bien corriendo, para no tener que bajar la cabeza cuando digo que no puedo correr. Simplemente para poder quemar esa adrenalina que la gente que corremos necesitamos expulsar fuera.
Y cuando la gente que no sabe de esto, os pregunte por qué hacéis esto o por qué corréis. Responderles lo que yo: ¿ Y por qué no ?.
Un abrazo y mucho ánimo a todos y a todas. Tenéis todo mi apoyo y mis humildes consejos.
Animo, lo importante es disfrutar con lo que uno hace, cueste lo que cueste.
Santiago.